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El aparato digestivo

3 abr 2011

EL APARATO DIGESTIVO

¿Cómo funciona el aparato digestivo?

Para poder entender mejor los cuidados de un estoma, es conveniente hacer un análisis del aparato digestivo.

Descripción:

El aparato digestivo es un conjunto de órganos y glándulas que se encargan de la digestión. En este proceso, se produce la transformación de las complejas moléculas de los alimentos en sustancias simples (nutrientes), fácilmente utilizables por el organismo y la eliminación de los productos de desecho.

Está formado por:

- Tubo digestivo:
- Boca.
- Esófago.
- Estómago.
- Intestino delgado: Duodeno, Yeyuno e Íleon.
- Intestino Grueso: Ciego, colon, recto y ano.
- Glándulas digestivas:
- Glándulas Salivares.
- Hígado.
- Páncreas.

 ¿Cómo realizamos la digestión?

Si entendemos cómo funciona nuestro aparato digestivo, nos será más fácil entender el por qué de muchas cuestiones relacionadas con nuestro estoma y los efluentes que son expulsados por éste.
Los alimentos que ingerimos están formados por moléculas complejas, que deben transformarse en otras más sencillas, para que puedan ser absorbidas por las vellosidades de las células de la mucosa intestinal y transportarlas a la sangre que se encargará de distribuir los nutrientes por todo el organismo.
El recorrido de los alimentos comienza en la boca, donde sufren la primera transformación, como consecuencia de la masticación. Aquí se mezcla con la saliva que producen las glándulas salivares y se forma el denominado bolo alimenticio.
Nuestro cerebro nos ordena tragar y para ello, en la faringe se cierra la vía respiratoria y queda abierta la vía digestiva. Cuando tragamos, el bolo pasa al esófago. La forma en que el bolo alimenticio progresa por el resto del aparato digestivo es una acción inconsciente, dependiente de la contracción y relajación de los músculos de la mucosa intestinal. Por tanto el intestino se mueve y a éste movimiento se le denomina peristaltismo intestinal. Podemos compararlo con el movimiento de una ola en el mar.
A continuación el bolo alimenticio pasa al esófago, que es un tubo de aproximadamente 25 cm de longitud y comunica la faringe con el estómago. En el estómago se produce la mezcla del bolo alimenticio con los jugos gástricos, lo que produce su descomposición química. El resultado de ésta mezcla se denomina quimo, y avanza hasta la primera porción del intestino delgado : El duodeno.
El intestino delgado es un tubo de unos 6 metros de longitud que se dispone dentro de la cavidad abdominal con una característica forma sinuosa. En el interior del intestino delgado es donde se produce la verdadera digestión y la absorción de nutrientes, agua y electrolitos.
En el duodeno , el quimo recibe las secreciones biliares y pancreáticas, que contienen las enzimas necesarias para la degradación del bolo alimenticio. Al resultado de esta fragmentación se le denomina quilo. Esta masa de aspecto lechoso contiene los nutrientes esenciales que ahora ya, sí pueden absorberse en el yeyuno e íleon.
En el yeyuno se produce la absorción de la mayor parte de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. Sin embargo la vitamina B12 y las sales biliares se absorben en el íleon.
Las sales biliares forman parte de la bilis y una vez que realizan su función de emulsionar y favorecer la absorción de las grasas, son reabsorbidas para volver a formar la bilis. La presencia de sales biliares sin reabsorber en el colon, bloquea la absorción (colónica) de agua y electrolitos, y estimulan la motilidad del colon por lo que las heces serán más líquidas.
Muy importante es la absorción del agua para el normal funcionamiento del organismo. De los 9 litros de líquido que pasan por el duodeno en 24 horas, sólo 2 corresponden a líquido ingerido con la dieta, correspondiendo el resto a secreciones digestivas. En el intestino delgado (yeyuno e íleon) se reabsorbe la mayor parte de este líquido (unos 7 litros) y sólo una parte en el colon (entre 1,5 y 2 litros). El contenido de agua de una deposición normal es de 100 o 200 ml.
Los productos de desecho del proceso de la digestión, son principalmente partes no digeridas de los alimentos, como fibra y células viejas. Estos materiales son impulsados hacia el intestino grueso, en el cual permanecen generalmente durante uno o dos días, hasta que se expulsan durante la defecación por el ano.
El intestino grueso está formado por el ciego (y su apéndice), el colon, el recto y el ano.

El colon se divide en:

. Colon ascendente
. Colon transverso
. Colon descendente
. Colon sigmoideo o sigma

El colon normalmente recibe un flujo de hasta 2000 ml y puede aumentar su absorción hasta un volumen diario de unos 5000 ml sin producirse diarrea. Por tanto, tiene un papel importante en el equilibrio hídrico, adaptándose a absorber más o menos agua según se necesite (mayor ingesta, calor exterior, etc.).
Hay que destacar que es en el colon donde se produce la mayor absorción del sodio, por lo que tendrá que ser tenido en cuenta en pacientes con resección del colon.
En el interior del colon habitan unas poblaciones de microorganismos (beneficiosos para la salud) que conforman la flora intestinal. Estos microorganismos son de gran importancia, ya que se alimentan principalmente de la celulosa contenida en las fibras de ciertos alimentos y liberan vitamina K y varias vitaminas del grupo B, que son absorbidas por la mucosa del intestino grueso y pasan a la sangre.
En el recto el material fecal se almacena hasta su expulsión al exterior por el ano mediante el proceso biológico de la defecación.
El reconstruir un esfínter anal es algo que todavía la medicina no ha conseguido y se sigue investigando para poder crear artificialmente un mecanismo tan perfecto.
El proceso neurológico de la defecación La defecación es un proceso consciente, voluntario y bastante complicado, en el que se produce la relajación de esfínter anal y la contracción de la musculatura abdominal y pélvica para impulsar la salida del material fecal. El esfínter anal nos proporciona la continencia, de forma que podemos "aguantarnos" hasta que las condiciones sean las apropiadas.
 En una ostomía no hay esfínter y no existe ningún tipo de control voluntario sobre la defecación. Es decir, no nos podremos aguantar.  

Las heces:

Las heces son el resultado de la digestión y absorción de los alimentos.

Están constituidas por :

. Restos alimenticios no absorbibles como la celulosa.
. Células muertas del intestino.
. Restos de jugos intestinales procedentes del hígado y páncreas.
. Enzimas no destruidas.
. Leucocitos.
. Productos nitrogenados procedentes de las proteínas.
. Sales minerales y agua.
. Grandes cantidades de bacterias.

Características de las heces:

Sus características son variables dependiendo de la dieta y de cada individuo.
- Consistencia.- Pueden ser líquidas, blandas o duras. La consistencia varía de un individuo a otro, por alteraciones del ritmo intestinal (diarrea, estreñimiento), o por la dieta.
Las heces blandas sugieren tránsito rápido y las pequeñas y duras sugieren un tránsito lento.
El esfínter anal realiza con mayor dificultad su función de continencia cuando las heces son muy líquidas, como ocurre en ocasiones en la diarrea.
- Color.- El color normal también es variable pero suelen ser marrón-amarillento.
La mayor parte de los cambios de color son debidos a la dieta o a fármacos. (Las espinacas producen un color verdoso, la remolacha rojo, el hierro negro, etc.).
Algunos cambios de color que no se deban a la dieta pueden sugerirnos alguna alteración. Por ejemplo, unas heces grasas de color claro pueden indicar una alteración pancreática, y unas heces de color negro pueden sugerir un exceso de bilis.
También de color negruzco son las denominadas melenas que contienen sangre digerida. Si el color es rojo intenso, debemos consultar inmediatamente el médico.
Si encontramos pus o microorganismos podemos pensar en un proceso inflamatorio de la mucosa como ocurre en las infecciones o en la E.I .I. (Enfermedad Inflamatoria Intestinal).
- Transito o ritmo intestinal.- El movimiento peristáltico del intestino hace que las heces avancen hasta su salida por el ano. Dependiendo de la persona este tránsito puede ser más o menos lento produciéndose una frecuencia de defecación diferente. Así hay personas que hacen dos deposiciones al día, otras que evacúan a
diario, otras que defecan cada dos días, etc.
Además de las diferencias individuales, el ritmo intestinal puede verse modificado por la dieta, algunos fármacos, el ejercicio físico, el consumo de fibra o la ingesta de líquidos.
Lo importante es conocerse a sí mismos y saber cómo funciona nuestro aparato digestivo, para reconocer una alteración y consultar al médico si fuera necesario. Es lo que definimos como hábito intestinal o ritmo intestinal normal.
- Diarrea y estreñimiento.-  La diarrea se define como un aumento de la cantidad, fluidez o frecuencia de las deposiciones, en relación con el ritmo intestinal normal de cada persona.
Aunque no existe una definición concreta de estreñimiento, ya que en parte depende de los hábitos dietéticos y culturales de la persona, se podría definir como la emisión de menos de 3 a 5 deposiciones por semana, anormalmente duras, secas y difíciles de expulsar.

¿Por qué y cómo se producen los gases?

Una persona adulta puede liberar entre 0.5 y 1 litro de gases al día. La mayoría de éste es eructado, y sólo una pequeña cantidad llega al intestino.
Los gases intestinales provienen de fuentes exógenas (90%) y endógenas (10%). El gas exógeno es aire que se ha ingerido por la nariz o la boca y el gas endógeno se produce dentro del aparato digestivo, sobre todo en el colon, donde las bacterias de la flora intestinal se alimentan de fibra y carbohidratos no absorbibles, produciendo las flatulencias.
La flatulencia está compuesta principalmente por nitrógeno, y no por metano, como comúnmente se cree. Los gases expulsados tras la digestión suelen tener un olor desagradable. Los responsables del mal olor son el ácido butírico (olor a mantequilla rancia) y derivados del azufre como el sulfuro de hidrógeno y el disulfuro de carbono (olor a huevos podridos). También contienen partículas aerosolizadas de excrementos, aunque en cantidades minúsculas. Sin embargo, otros componentes gaseosos son inodoros como el nitrógeno, el oxígeno, el metano, el dióxido de carbono y el hidrógeno. Los gases avanzan por el intestino por los mismos movimientos que el bolo alimenticio, y en condiciones normales salen al exterior por el ano. Al igual que con los sólidos, el esfínter anal nos permite controlar su expulsión (continencia). El sonido que produce el gas al avanzar por el intestino son los denominados retortijones y pueden producir la misma situación de urgencia e
incomodidad que los sólidos. El sonido que producen las flatulencias al ser expulsadas se produce como consecuencia de la vibración del gas en las paredes del ano o estoma.

Pueden aumentar la producción de gases:

. Algunos alimentos (coles, legumbres, cereales, algunas frutas, patatas, el vino, las bebidas carbonatadas, etc.).
. El sedentarismo.
. El comer muy deprisa.
. Masticar chicle.
. El estrés.
. Fumar.
. Algunos fármacos (antibióticos).
. La intolerancia a la lactosa cursa con una gran producción de gases si se toman productos lácteos.

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